Utilización de Desfibriladores Semiautomáticos
La fibrilación ventricular es el ritmo registrado más frecuente en la parada cardíaca súbita del adulto (más del 85 %) y en el 10 al 20 % en las paradas cardíacas pedíátricas, el tratamiento efectivas de las mismas es la desfibrilación eléctrica temprana, en el seno de la cadena de supervivencia. La probabilidad de éxito de la desfibrilación disminuye en un 7 al 10 % por cada minuto de retraso.
Los avances tecnológicos han permitido desarrollar desfibriladores externos con un funcionamiento automatizado que, con un mínimo aprendizaje, incluso por personal no sanitario permiten acortar el tiepo hasta la desfibrilación y evitar la ruptura de la cadena de supervivencia. Estos dispositivos disponen de un sistema de análisis del ritmo que es capaz de identificar las arritmias tributarias de desfibrilación e informar cuando es necesario de administrar una descarga eléctrica con la finalidad de reestablecer el ritmo cardíaco, todo ello con altos niveles de seguridad y eficacia, lo que ha facilitado su difusión e implantación.
Recomendación de dotación mínima de los centros para el uso del desfibrilador externo automático
- Desfibrilador externo con un mínimo de dos juegos de parches y sistema automatizado de registros de los sucesos.
- Maleta de reanimación.
- Cánulas orofaríngeas de diferentes tamaños (3,4,5).
- Bolsa autohinchable.
- Mascarilla facial.
- Reservorio de oxígeno y fuente de oxígeno.
- Rasuradoras y gasas.
- Adaptador o parches pediátricos (reductor de dosis)
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